Tanto para los que fueron por primera vez como para los que hemos ido ya varias veces, la belleza de estos paisajes nos siguen encantando y dejando sin palabras.
Si bien no recomendamos hacer la bajada desde el balcón del Pissis, hasta Laguna Negra y Verde en camionetas que no fueran 4x4 y preparadas para ciertos terrenos, éste es un paseo imperdible para quienes llegan con los vehículos apropiados, un verdadero regalo para los ojos como para el corazón.
De regreso tuvimos la oportunidad de darles un aventón a una pareja de ciclistas tucumanos, que venían también de haber visitado el balcón del Pissis.
Por desgracia, el turbo de la Musso de Dani y Leo, se rompió llegando a la Laguna de los Aparejos.
Así que con la barra fija fue remolcada hasta Fiambalá por la Amarok de Jorgito.
Al otro día, lamentablemente, Dani y Leo emprendían el regreso a Buenos Aires, mientras que el resto del grupo seguiría por El Portezuelo de San Buenaventura, hasta el volcán Peinado.