La noche del 19 habíamos perdido el track en medio de una lluvia realzada por fuertes truenos por lo que decidimos pernoctar en el lugar, dentro de las camionetas y esperar la mañana siguiente para seguir hacia Guandacol, ya que a Barreal, donde habíamos realizado una reserva, la habíamos perdido, al no poder llegar.
Temprano de mañana, con luz de día, Pablo mira por la ventana y tiene justo en frente del río, la huella perdida, así que después de desandar caminando unos 200 metros, encuentra el cruce y vuelve pronto a comunicar las buenas nuevas al grupo.
Se arma un desayuno apurado y pronto las camionetas van cruzando el río y siguiendo el track perdido.
Veníamos notando que a la Ranger le estaba costando un poco las salidas del río, con piedras grandes y mojadas, pero Guille a fuerza de HP y muñeca seguía avanzando a la par.
Pasamos por un filo muy angosto en subida y curva, muy peligroso para las camionetas, por lo que estuvimos muy concentrados y sin distraernos y con las indicaciones precisas, las tres camionetas siguieron adelante su camino.
Finalmente llegamos al pie del cerro Pircas, que implicaba una tremenda trepada por delante y que encara la Hilux blanca para que los demás la siguieran después.
En un descanso, ya a pocos metros de la cima, la Hilux se detiene a esperar al resto del grupo, porque abajo les surgió un problema.
La Ranger no estaba acoplando el bloqueo trasero.
Guille examinó unos cables que conectaban al ABS y los encontró cortados, así que se procedió a la reparación de los mismos.
Ya solucionado el problema de los cables cortados, Tony encara la subida, sosteniendo un buen ritmo que le permitió subir sin problemas.
Ahora es el turno de la Ranger, Guille encara con "alegría" la trepada, pero a mitad de la subida pierde potencia, desde arriba observamos que las ruedas delanteras no están traccionando, y por más bloqueo que tengan las traseras, semejante trepada no es para 4x2.
Pensamos opciones y con malacates y eslingas, usando dos camionetas se lo podía hacer terminar la trepada, pero el problema había que solucionarlo y como hacían falta repuestos, la ciudad de San Juan era más indicada para eso, así que decidimos hacer un cambio de planes total, y volver a San Juan capital.
Baja primero Tony y luego también Pablo, se reunieron abajo y comenzaron a desandar lo realizado el día anterior, solo que luego unos kilómetros después de la Estancia Maradona, doblarían al norte en busca de la ciudad de San Juan, donde repararían la triceta de la camioneta de Guille.
Pasamos por el río, debajo de donde habíamos dormido la noche anterior y surgió la duda...."y si la triceta no está rota?, si solo se descalzó?....
Valía la pena comprobarlo, así que Guille desarma y corre el semieje, para comprobar y para tristeza de todos la triceta está partida en tres pedazos, así que vuelve a armar y seguimos para San Juan.
Ahora tendríamos que bajar el Toro, donde el día anterior rompió triceta Guille, hacer una trepada larga hasta el Precalingastino y ahora bajarlo para ya encarar nuevamente para la Estancia Maradona.
El regreso ya fue a buen ritmo, era viernes y queríamos tratar de solucionar el problema de la triceta lo antes posible, para tratar de seguir para Fiambalá, en Catamarca, y no tener que pasar el fin de semana en la ciudad de San Juan.