Es 19 de enero del 2023. Despertamos en nuestro campamento armado frente al puesto Martina, en un espacio que alguna vez fue pensado para un camping, pero quedó en construcción.
Tenemos una vertiente de agua cerca del lecho del río que nos permite bañarnos, cosa que ya llevábamos un par de días sin poder hacer.
El agua es bien fría pero es un oasis para el grupo.
Ya en marcha por el lecho del río, a unos pocos kilómetros, doblamos hacia el norte, por un tramo que figura en el mapa de Viajeros4x4, como "4x4 bravo", son unos 12 km hasta los sembradíos.
y ni bien nos adentramos, pudimos comprobar el por qué de su título.
Seguimos avanzando por el lecho de un río que presenta grandes piedras obligándonos a cambiar de orilla o navegarlo, continuamente.
Hasta que se presenta el primer obstáculo serio, una cascada, por lo que tuvimos que salir del lecho del río y rodearla por arriba.
Probamos un par de camionetas por un costado, pero ambas se deslizan de nuevo al cauce.
Así que previa caminata de Sandra, que encontró cómo evadir la cascada, usamos la planchas, bajamos un terraplén un poco con palas y salimos por ahí.
Seguimos avanzando, Pablo, que va haciendo punta avisa por radio:....."cuidado a la izquierda un pozo enorme".....cinco segundos después, en el mismo tono dice...."me caí al pozo"....
Operación rescate en marcha, Guille pasa su camioneta por una cárcava de costado y Pablo se engancha con el malacate. Una anécdota más para la página.
No nos podemos quejar de esos 12 km, nos dieron trabajo pero fueron totalmente cargados de emociones y adrenalina, así llegamos casi a la unión con un track más sencillo, pero había una tranquera de por medio por lo que salimos a investigar antes de franquearla.
Parecía que el 4x4 bravo no nos iba a dejar tranquilos así nomás. Seguimos por el lecho del río hasta donde el track giraba 90º al noroeste, no había conexión.
Salimos del lecho y desde una rampa bajamos por unos arbustos que atentaban contra la pintura de nuestras camionetas, avanzamos un trecho pero seguía el alambrado impidiéndonos pasar.
Así que volvimos a la tranquera, la abrimos (no había candado), y seguimos el track rodeando los sembradíos.
Ahora sí, encarábamos derecho a la Estancia Maradona.
Pasamos por lo que sería la entrada a la estancia, y antes de ingresar a una quebrada que nos llevaría al Precalingastino; encontramos un puesto donde quien vivía allí nos comunicó que había habido derrumbes por las lluvias y que la quebradita estaría imposible para las camionetas.
En estos temas de dificultades, salvo que el dato lo dé un conocido, siempre utilizamos como conducta obligatoria el...."ver para creer"
Así que nos despedimos del puestero, agradeciendo su oferta de pasar la noche ahí y trepamos por la quebradita con la cautela que el aviso requería.
Veníamos de transitar quebradas y lechos de río tapados de piedra, no encontrábamos la dificultad que el puestero nos previno, hasta diríamos que la bajada exigía más cuidado por las cárcavas que las lluvias de días anteriores habían agrandado.
Seguimos sin problemas y llegamos al pie del Precalingastino.
Primero encara la trepada Tony, sin problemas, le sigue Pablo y por último, Guille se une al grupo.
Nos tomamos unos minutos para apreciar la vista desde arriba y nos dirigimos a la trepada del Toro.
Después de disfrutar unos minutos la vista hermosa de esa parte de San Juan, comenzamos a bajar hasta una trepada de piedra conocida como Trepada del Toro.
Al pie de la trepada el equipo duda de intentar subirla o rodearla para encontrar alguna otra opción. Puede que los restos de parabrisas y faroles hayan contribuido a la incertidumbre general.
Guille, Tadeo y Pablo, la trepan a pie y salen a buscar algún rodeo.
No hay manera, hay que subir por ahí, tal vez sea un track que se hace normalmente en sentido contrario, pero ahora estamos ahí y debemos seguir adelante.
Pablo prueba primero haciendo uso del doble bloqueo que tiene su camioneta y trepa con mucha tranquilidad , lo que afloja la incertidumbre que se había generado.
Después de ver como subía la camioneta sin ninguna dificultad, Guille encara para hacer la subida.
Llegando un poco más arriba de la mitad de la trepada, se escucha un ruido importante debajo de la Ranger, y al mismo tiempo, patinan las ruedas y no puede seguir trepando.
La Ranger queda allí parada y desde arriba, Pablo baja el gancho del malacate para iniciar el rescate.
Una vez subida, nos parece que las ruedas delanteras no estuvieran traccionando, pero le restamos importancia y nos enfocamos en la trepada de Tony, que por suerte la pudo completar sin problemas en el primer intento.
Reunido ahora si, todo el grupo, nos disponemos a seguir avanzando, nos queda una hora más de sol y queremos llegar a El Barrial, donde reservamos alojamiento.
El ritmo es bueno, pero de a momentos, nos vemos obligados a salir o entrar al cauce de un río que con gran oferta de piedras de todos los tamaños, nos tiene atentos a no golpear los bajos de las camionetas.
Nos agarra la noche, y con la oscuridad, comienza a llover, Guille viene con algunos problemas para salir trepando de las piedras mojadas, varias veces le tiene que dar un envión que pone a prueba la amortiguación y la camioneta toda.
Pablo llega hasta un callejón sin salida, hay que volver unos metros atrás, porque el track está unos treinta metros de costado, y delante hay un cañadón de tres metros de altura.
Pero los truenos y la lluvia, invitan a resolverlo al otro día, con luz de la mañana podríamos encontrar el paso donde perdimos el track y así seguir adelante.
Pero por ese día ya era suficiente, por lo que acomodamos las camionetas en lo alto (por si crecía mucho el río) y nos acomodamos a pasar la noche dentro de las camionetas.