En el año 2018, Amigos4x4 había logrado llegar desde adentro de Pampa de los Bayos por una grieta que se angostó y se taponó con penitentes hasta donde muestra la flecha en el mapa.
En Pascuas del 2021, desde el campo de ignimbritas de las Lagunas del Peinado, intentamos conectar con el track del 2018 y por error, subimos más al norte, buscando otra nueva entrada.
Este año, abril del 2022, intentamos llegar por esa grieta, pero un gran derrumbe de piedras se intempondría con nuestras intenciones.
Por la mañana, desayunamos algo bien caliente después de una primer noche muy fría, las camionetas reportaban -8ºC bajo cero y las botellitas de agua dentro de la carpa eran un bloque de hielo compacto.
Dejamos el campamento armado y cruzamos por el istmo de las dos lagunas para comenzar a trepar por el campo de ignimbritas al oeste en busca de nuestra entrada a Pampa de los Bayos.
Cruzamos el istmo que divide la laguna azul de la turquesa y encaramos para los campos de ignimbritas que se ven al fondo.
Desde esta perspectiva parecen inexpugnables, pero sabemos porque ya estuvimos el año pasado para pascuas, que se pueden atravesar trepando piedras y arenales, un enjambre de recovecos que pacientemente deberemos transitar.
Por fin salimos del laberinto propuesto por las ignimbritas y se abre una estepa que atravesamos en dirección oeste, esta vez custodiados por el Volcán el Cóndor, otro "gran señor" de la zona.
Ahora vamos en busca de nuestra grieta, en los gps aparecen otros intentos de amigos, algunos con fracasos y otros con éxitos para pasar la barrera que alberga en su interior a la Pampa de los Bayos.
Por fin llegamos a la grieta buscada, estamos a escasos 300 o 400 metros del objetivo, el lugar al que habíamos llegado desde adentro en el 2018, pero esa barrera infranqueable de piedras se interpone con nuestro deseo, y como aprendimos después de mucho andar por el NOA que la naturaleza manda. Podemos intentar siempre con cuidado y respeto y vencer las dificultades que la montaña propone, pero "siempre" la última palabra la tiene ella, así que asumimos que "por ahí no" y volvimos al track del 2021 para intentarlo más al norte.
Estamos a más de 5.000 metros de altura, con una pendiente de más de 20º, y el terreno está plagado de piedras y a la vez es muy flojo, así que debimos desinflar un poco para seguir subiendo.
La Toyo de Pablo, con doble bloqueo, siguió hasta arriba, mientras el resto ya sea desinflando, ya sea esgrimiendo más alta la fusta, también logró subir.
Mientras las otras camionetas van subiendo hasta ese increíble mirador, desde el cual podemos ver al volcán Peinado desde arriba y los volcanes que los rodean dentro de un marco que transforma esa pintura en un paisaje surrealista, la camioneta de Pablo va a investigar, por una ladera hacia al norte, la posibilidad de entrar por ahí a la grieta que en los mapas de viajeros figura designada como "entrada Edu 2010".
Después de una trepada plagada de piedras de considerable tamaño que atentan contra los bajos de la camioneta, y los planos de inclinación que va probando para esquivarlas, desembocan en nuevos montículos de piedras cada vez más grandes. Ante ello, el grupo decide posponer, tal vez para un próximo enero, una investigación más exhaustiva de esa entrada, que hasta ahora se nos sigue negando, así que tan lento como subieron, comienzan el descenso en busca del campamento a orillas de la Laguna del Peinado
El grupo vuelve sobre sus pasos, disfrutando de un paisaje de fantasía, que cambia completamente, como si el sol desde el oeste y la perspectivas, transformaran el terreno por el que habían venido.
Volvemos a atravesar el campo de ignimbritas, llegamos hasta la laguna azul y nos vamos hacia un arenal más al norte, para poder apreciar las dos lagunas.
Regresamos al campamento, para una buena cena y a diagramar un plan C para el otro día. Nos iríamos por el salar de Antofalla al Paraje La Brea, para armar campamento allí y al otro día, dirigirnos a Pampa de los Bayos y descender por la Quebrada del Hielo.
La aventura continuaba y los paisajes surrealistas seguirían sorprendiéndonos, haciéndonos dudar en más de una oportunidad, si todavía seguíamos en el planeta tierra.