Volcán Galan, Paso del Colifa, Sierras de Vazquez, Paso Diaguita. Epílogo.

Para poner en contexto lo que viene en el relato cabe hacer una pequeña reseña de lo acontecido hasta el momento.

 

El 23 de enero cuatro camionetas salen de Antofagasta de la Sierra y entran al volcán Galán por Vega Real, paso Barret y mirador oeste de la Laguna Diamante. Visitan los hervideros, la confluencia, la Perla del Galán para acampar finalmente en Colifalla.

El 24 de enero, cruzan las Sierras de Vazquez por el paso del Colifa, y recorren terrenos escarpados de piedras, coirones, arroyos y vegas para acampar luego en un corral cerca del puesto Don José.

El 25 de enero, después de un día intenso de luchas en las inundadas vegas y contra los coirones, el grupo logra subir y pasar por el filo del paso Diaguita.

Al bajar del paso y cuando ya estaban a punto de cruzar la tranquera de Gualfin, comprueban con asombro que el ruleman de rueda de la Toyota de Tony estaba destrozado.

 

Esa noche y ante la rotura de la camioneta, el grupo se divide quedando en el lugar Tony, Sandra, Jorge y Elena. Mientras que Guiye, Marcela, Tadeo, Pablo, Andrea y Zari siguen rumbo a Angastaco, con el objetivo de ir al otro día a Salta a comprar los repuestos para reparar la Toyo.

El 26 de enero, Tony, Sandra, Jorge y Elena, amanecen cerca de la tranquera de Gualfin. Esperarían hasta la noche que Pablo volviera de Salta con los repuestos para armar la camioneta.
El 26 de enero, Tony, Sandra, Jorge y Elena, amanecen cerca de la tranquera de Gualfin. Esperarían hasta la noche que Pablo volviera de Salta con los repuestos para armar la camioneta.

Al día siguiente, en la mañana del 26 de enero, Pablo le comenta a Sergio, el dueño del Hostal Los Colorados, la situación en la que se encontraban y éste inmediatamente contacta por teléfono al mecánico de Angastaco, Gustavo Malla que al rato va para allí.

Gustavo, al ver las partes traídas del desarme, le explica a Pablo qué es lo que tiene que comprar, así que alrededor de las 9.30 am Pablo, Andrea y Mónica, la dueña del lugar parten rumbo a Salta capital. Mónica acompañaba a la pareja en este viaje para solucionarles todo tipo de inconvenientes que pudieran surgir, ya que como trabajaba en Salta, conocía perfectamente cada curva del camino y los lugares donde se podrían conseguir los repuestos.

Desde la ruta fue llamando a distintas casas de repuestos hasta que finalmente consiguió que en el concesionario Autolux de Toyota le contestaran que tenían todos los repuestos requeridos.

Por más que viajaban con una navegante de lujo que les anticipaba cada curva y nivel de riesgo de las mismas, el hermoso camino de Cafayate por la RN68 junto al río Las Conchas hasta casi Talapampa, consistía en  una quebrada preciosa digna de ser visitada pero que debía ser recorrida a una velocidad moderada debido a las constantes curvas de 90° que posee.

 

Después de comprar todos los repuestos en Autolux, retornaron para Angastaco. Andrea y Pablo habían estado dentro del concesionario dos horas y media, comprando, chequeando por catálogo cada repuesto, revisando y controlando todos los códigos y medidas, varias veces, ya que no cabía la posibilidad de un error e irse con algún repuesto que no fuera el correcto pues todo debía ser llevado para ser armado en Gualfin e ir y volver a cambiar algo a Salta, les significaría otro día más en que sus amigos seguirían varados pues todo el recorrido implicaba cerca de 700km.

A las 20:00 hs ya se encontraban de regreso en Angastaco, esperaron a que llegara el mecánico Malla que estaba en Cafayate, cargaron una prensa en su camioneta y partieron a las 21:30 hs, Gustavo Malla y su ayudante en su Hilux y Pablo y Guiye en la Toyota de Pablo rumbo a Gualfin. Debían recorrer todavía otros 60 km para reunirse con el resto del grupo, los cuales se transitaban, parte por la RP53, parte por huellas de 4x4 y en medio de una tormenta de rayos que no auguraba nada bueno.

Cuando llegaron finalmente a Gualfin ya eran las 23:30 hs. Mientras tanto,Tony y Jorge estuvieron informados de todo lo que ocurría mediante el teléfono satelital y como no sabían a qué hora llegaría el grupo de rescate, se habían acostado a dormir dentro de las camionetas, por lo que los debieron despertar cuando arribaron al lugar.

El mecánico bajó la prensa y se puso a trabajar con su ayudante mientras el resto se dispuso a desarmar el gazebo y juntar las cosas para cuando terminaran los primeros de armar la camioneta, volverían todos juntos hacia Angastaco.

Gustavo concluye el trabajo, carga la prensa e inicia el regreso con su ayudante. El grupo termina de juntar todo y también inicia el regreso. Ya tenían el track grabado de la noche anterior así que no perderían tiempo buscando el camino en el medio de la madrugada.

El ánimo del grupo era de lo mejor hasta que Tony avisa por radio que sentía mucho olor a pastillas de freno. El primer pensamiento fue que se estaban asentando pues eran nuevas, pero al bajarse de la camioneta comprobaron que el disco de freno estaba al rojo vivo y la rueda se movía de nuevo por lo que NO podrían seguir andando.

 

El panorama se les tornó sombrío nuevamente, el mecánico ya no estaba y por lo que les había contado, se iba a Salta a la mañana siguiente. Ante esto, lo primero que decidieron fue correr del camino la Toyo de Tony y después de unos momentos de desconcierto, resolvieron que Pablo y Guiye siguieran solos hasta Angastaco, quedando otra vez Tony y Jorge con Sandra y Elena en las camionetas para esperar a que sus amigos intentaran encontrar al mecánico en la ruta y éste volviera y revisara qué había pasado.

 

 

 

 

Se separan nuevamente, y mientras Guiye y Pablo inician el regreso, su conversación gira todo el tiempo en torno a lo mismo: ¿Qué podrían hacer ahora si ya no encontraban al mecánico? Acuerdan en que debían conseguir algún elemento para poder subir la camioneta encima y traerla al pueblo para estar todos juntos y resolver allí el problema. Finalmente deciden que irían a la Municipalidad a pedir un carretón o planchón, algo que tuviera ruedas y a la que pudieran subir la Hilux. A poco de andar y con los ojos bien abiertos y atentos, encuentran la camioneta del mecánico al costado del camino, que se había acostado a dormir un rato para seguir luego rumbo a Salta. Le comentan lo sucedido y se comprometió a que luego de dormir un par de horas más, iría a reunirse con los que estaban varados y revisaría qué había sucedido.

Ya mucho más tranquilos con la promesa de que Malla volvería a tratar de solucionar el problema, llegaron a las 7:10 am a Angastaco. Después de informar lo sucedido, Pablo se acostó un rato ya que en los últimos tres días había dormido nueve horas en total y el cuerpo ya no le daba para más.

Sergio, el dueño del Hostal, fue a preguntarles cómo había terminado el tema del arreglo y Guiye, que no llegó a acostarse, lo pone al tanto de los acontecimientos y de la intención de conseguir un carretón por las dudas, así que van juntos a la Municipalidad, a pedirle al intendente algo prestado.

Tenían en el playón, un trailer donde suben una grúa con pala para trabajo de rutas, así es que con el compromiso hecho al intendente de cuidarlo y con la intervención Sergio, lo engancharon a la Hilux de Pablo y quedando así preparados para recibir las noticias de los resultados del trabajo de esa mañana.

Pablo se levanta a las 11.30 am y encuentra el trailer enganchado a la Hilux y listo para salir al rescate. Ya tienen diagramada una nueva ruta, por Molinos, que si bien es más larga, es viable para el paso de la camioneta remolcada.

 

Antes de las 12.00 am se comunican Tony por teléfono con el grupo avisando que ya estaban entrando al pueblo. Gustavo, el mecánico había vuelto a las 6:30 am al lugar y había solucionado el problema, por lo que venían andando en perfectas condiciones.

A la mañana temprano, Gustavo Malla, el mecánico regresa para terminar de arreglar la Toyo de Tony, con la prensa a cuestas. Había sido interceptado en la huella mientras dormía por Guiye y Pablo y ahora volvía a solucionar el problema..
A la mañana temprano, Gustavo Malla, el mecánico regresa para terminar de arreglar la Toyo de Tony, con la prensa a cuestas. Había sido interceptado en la huella mientras dormía por Guiye y Pablo y ahora volvía a solucionar el problema..

Guiye va con Pablo a devolver el trailer y agradecer las buenas intenciones del municipio al prestarlo tan generosamente.

 

Ese mediodía, todo el grupo de amigos por fin ya reunidos, pudo degustar finalmente el chivito que les habían cocinado y a la tarde y muy relajados y felices, luego de despedirse de Sergio y Mónica y agradecerles todo lo que habían colaborado con el grupo, se dirigieron hacia Tafí del Valle, Tucumán, donde harían una escala antes de llegar a las Termas de Río Hondo en Santiago del Estero, para descansar allí como corolario final de travesías y viajes inolvidables.

 

                                                                                                                                          Amigos4x4offroad