Es abril del 2019, y junto a un grupo de amigos, intentaremos por 3º vez llegar a la cima del volcán Corona del Inca (Incapiyu en idioma original) desde el oeste.
En relatos anteriores, del 2016 https://www.amigos4x4offroad.com/2016/01/25/campamento-amigos-4x4-r%C3%ADo-salado-a-vinchina-por-corona-del-inca/ y del 2018 https://www.amigos4x4offroad.com/2018/01/23/campamento-amigos4x4-en-r%C3%ADo-salado-a-refugio-veladero-pasando-por-volcancito/ ya habíamos intentado en dos oportunidades realizar este track, pero los penitentes y algunas roturas en las camionetas, nos hicieron tener que abortarlo.
Respetamos a la montaña y cuando ella dice que no, evaluamos que es momento de pegar la vuelta y comenzar a planear para la próxima vez. Así que después de los intentos anteriores frustrados, ésta era la 3º vez que encararíamos la aventura.
El grupo que se sumó estaba integrado por:
Gerardo y Romina, Hernán y Fernanda. Toyota Hilux Automática.
Martín y Luciano. Suzuki Gran Vitara.
Jorge y Elena. Volkswagen Amarok.
Nico y Betina, Oscar y Lucrecia. Nissan Frontier.
Tony y Sandra. Toyota SW4.
Pablo y Andrea. Toyota Hilux.
Salimos desde la provincia de Buenos Aires en tres tandas: La 1º el 17/04 a la mañana, siendo sus integrantes Tony y Sandra que llegarían a la tarde a Deán Funes para dormir allí, la 2º, ese mismo día, en horas de la tarde, partiendo el grupo formado por la Hilux Automática de Gerardo, la Suzuki, la Nissan y la Amarok. Y finalmente la 3º a la madrugada del 18/04, la Hilux de Pablo y Andrea.
El grupo completo se reunió en Fiambalá, en "nuestro centro de operaciones" el Hostal El Terebinto, donde Luis siempre nos atiende de 10 y con la colaboración de José, cenamos y tomamos unos buenos vinos.
El plan de parte del grupo de hacer el primer día una visita a las termas, se vió frustrado por la demora que ocasionó un rulemán de rueda de la Suzuki y problemas de la bomba de combustible en la Nissan, lo cual hizo que sólo alcanzara para un recorrido a última hora.
La Nissan de Nico seguía relevando problemas con el check engine de combustible a pesar de todas la revisiones que se le realizaron hasta última hora, por lo que terminamos de cenar y nos fuimos a descansar, teniendo la intriga de cómo se comportaría al otro día y si podría salir de travesía junto al resto del grupo.
Por la mañana, desayunamos bien temprano con la idea de salir a las 9.00 am para el Balcón del Volcán Pissis.
Ante nuestros temores la Nissan se negó a arrancar, así que después de varios intentos infructuosos, dejamos con gran dolor a Nico, Betina, Oscar y Lucrecia, en lo de Luis, esperando a un mecánico, y partimos hacia "La Coipa", para adentrarnos hasta las lagunas Aparejos, Celeste y Negra, el balcón del Pissis y concretar la idea de llegar temprano para hacer el campamento junto al río Salado, ubicado ya en la provincia de La Rioja.
Dejamos la laguna Celeste y trepamos al balcón del Pissis, para luego bajar hasta la laguna Negra y seguir rodeándola en busca de la cuenca del río Salado.
Después de algunas fotos de rigor, comenzamos a bajar a Laguna Negra
A buen ritmo nos drigimos hacia el oeste, entrando por el cauce del río Valle Ancho, y bajando al sur, en busca del límite de Catamarca con La Rioja, lugar donde armaríamos como en las dos oportunidades anteriores, nuestro campamento.
En el 2016 cruzamos el río Salado y nos resguardamos del viento junto a la montaña, pero ya en enero del 2018, dudamos del terreno fangoso y blando y al ser en esa ocasión sólo dos camionetas decidimos quedarnos de este lado sin cruzarlo.
Esta vez, fue Gerardo el encargado de sondear el lecho del río y ante la evidencia, nos terminamos de convencer de no volver a intentar atravesarlo.
Nuestro cuerpos empezaron a pagar el precio del poco descanso y escaso tiempo de adaptación a la altura.
Veníamos de manejar toda la noche para llegar a Fiambalá y habiendo dormido pocas horas antes de arrancar para hacer campamento. Salimos a las 9.30 hs de la ciudad con una altura de 1300 mt y estábamos a las 17.30 hs. armando gazebos a 4500 msnm.
La gran mayoría de los integrantes tuvimos que recurrir a los tubos de oxígeno que llevábamos, fueron muy pocos los que pudieron cenar algo y más aún los que se lo devolvieron a la Pachamama.
El clima durante la noche fue espectacular, no hubo ni una gota de viento, algo absolutamente extraño para el lugar, pues las dos veces anteriores que estuvimos allí, debíamos sostener los gazebos de mil formas para que no se volaran. En cambio esta noche, nos dio un respiro, tal vez sabiendo que todo el grupo estaba pagando factura por el apunamiento, el clima nos dejó tranquilos a la hora de armar y al otro día de desarmar el campamento.
Por la mañana, nos levantamos 7.30 am, ya nadie soportaba más quedarse ni dentro de las camionetas ni del gazebo, esperando ansiosos el momento de partir.
Aclaraba y se presentaba un hermoso día, el sol asomó y como "buen poncho de pobres", nos dio la energía y el calor que necesitábamos para ponernos a desarmar el campamento.
Fueron pocos los que desayunaron, apenas algo líquido y caliente, ya que todavía permanecía el malestar en el estomago de muchos de nosotros
Quedaba para otra oportunidad, ya sea la sobremesa de una cena, regada de buenas historias y vino, como los desayunos untados de dulces y anécdotas de la noche pasada, debido al mal estado general del grupo por efecto de la extrema altura a la que nuestros cuerpos estaban sometidos.
Dejamos atrás el campamento y comenzamos a subir, para muy pronto iniciar unas complicadas trepadas en campos de piedras que pondrían a prueba tanto las camionetas como las muñecas de los que las conducían.
Superamos las primeras trepadas extremas entre las piedras y seguimos subiendo a los 5200 msnm., pero ya con más espacio para esquivarlas.
Luego, comenzaríamos un descenso a un río temporario, que ya en el 2016, nos hiciera luchar mucho para cruzarlo debido a los penitentes que lo invadían y que en el 2018 directamente nos hizo recorrer muy de costado, trepando por los filos de las montañas y terminando en desistimiento ante la imposibilidad absoluta de poder atravesarlo.
Sorteado este primer gran obstáculo que se nos presentó en las dos oportunidades anteriores, y ya con excelente ánimo, el grupo sigue avanzando entre pedregales y arenales, muy relajado y optimista, acercándose a la grieta, la cual debido a previas roturas en una camioneta y además en aquel momento, estar llena de penitentes; nos hiciera dar la vuelta en el año 2016, sin poder concretar nuestro objetivo.
Por fin llegamos al campo de piedras ubicado antes de la grieta, donde la Hilux de Pablo en el 2016, rompió llanta y centrador de elástico de la rueda izquierda, lo que sumado a los penitentes alojados en la grieta de adelante, determinaron en aquel momento, el regreso infructuoso del grupo.
Sorteamos las piedras con mucho cuidado y nos sorprende la grieta, que maravillosamente, se encontraba libre de penitentes.
Así que después de una breve recorrida, escogimos el mejor lugar para poder cruzarla.
Parecía mentira, no habían transcurrido todavía 3 hs que habíamos salido de nuestro campamento y estábamos a unos pocos kilómetros de lograr nuestra hazaña.
El entusiasmo se contagiaba en todo el grupo y continuábamos por arriba, rumbo a la apacheta de Amigos4x4 levantada hace años en la cumbre de Corona del Inca
Secadas las lágrimas de la emoción y sacadas las fotos de la ocasión, ya que las ráfagas de viento superaban los 90 km/h, más de una vez nos hacían tambalear de nuestro eje; decidimos iniciar el descenso del Cráter y poner rumbo hacia Vinchina.
Dejamos atrás el campo de ignimbritas y después de algunos arenales, que transitamos muy relajados, debimos concentrarnos un poco más en el manejo dentro del campo de enormes piedras.
Después de pasar los campos de piedras con mucho cuidado, volvimos a relajarnos un poco con los arenales y algunos con un cruce de agua temporario para refrescar sus cubiertas.
Llegamos finalmente a la R76, y visitamos al "destapado" en el refugio de Laguna Brava antes de seguir a Vinchina, pasando por las conocidas pero no por eso menos bellas Quebrada de Santo Domingo y Quebrada La Troya.
Finalmente nos instalamos en el hotel de Omar Yoma, casi como si fuera nuestra casa, donde nos esperaban con una suculenta cena bien regada de cervezas, envuelta de risas y anécdotas de los momentos extremos, bellos e imborrables recientemente vividos por todos.
Un final feliz para un grupo de amigos incondicionales que no abdicó cuando la altura lo desafió, y que a pesar de sentirse mal, siguió adelante por el deseo de lograr su objetivo y completar este nuevo track de Amigos4x4.