Esa mañana, después de levantar campamento y relajarse con un buen desayuno, nos despedimos de la Iglesia que nos albergó cálidamente durante tres días y partimos al norte, por la rp27 hasta Alto Hosamenta, donde giramos al sur-este, pasando por Vega Cori y directo al este, al Cono de Arita en el salar de Arizaro.
Recorremos al este unas pampas amarillentas que nos van llevando hacia el salar de Arizaro.
Es inevitable para este grupo de amigos, realizar una sesión de fotos con el modelo exclusivo y perfecto del Cono de Arita.
Después de jugar un rato con nuestras cámaras y el "modelo", salimos por vega Chascha, el Protovolcán y bajamos a Antofallita, despidiéndonos de Salta y entrando a Catamarca, para armar nuestro almuerzo y saludar a Corina, la dueña de la Vega.
Allí nos cruzamos con un cordobés y su señora que también estaban haciendo travesías por el NOA, con ellos intercambiamos algunas anécdotas y experiencias de viajes, siguiendo luego cada uno para su destino, ellos a Tolar Grande y nosotros a ADLS.
Cuando llegamos comprobamos el efecto de las empresas "mineras trabajando" en lo que es la salida del Salar de Antofalla hacia la vega Los Colorados.
Lo transformaron en lo que llamaríamos una verdadera autopista, que no solo cerró los atajos que figuraban en los mapas de "Viajeros4x4" si no que cambió partes del trazado normal y fue diseñado para la circulación de maquinaria pesada y camiones.
Dejamos el mirador del Salar de Antofalla y seguimos para ADLS, un camino ya tantas veces transitado por nosotros, pero que siempre nos regala paisajes o encuentros furtivos con la naturaleza que no dejan de sorprendernos y maravillarnos.
Acá una familia de choiques que trota alegremente por la puna.
Llegamos a ADLS temprano, nos alojamos en Casa de Piedra, de Luisa, y nos pusimos a planificar el siguiente día, pues debíamos ir a Belén a cambiar la batería de una de las camionetas y eso nos modificaría nuestro itinerario original.