Este día volvimos a levantarnos temprano y luego de desayunar, partimos a primera hora desde nuestro campamento con base en la Iglesia de Mina La Casualidad, rumbo a una nueva e imborrable aventura.
Ya a las 9.30 am estábamos rodeando el Salar Río Grande para dirigirnos al paso inhabilitado con Chile, llamado, El Azufre. Y ni bien dejamos el salar, comenzamos a trepar hacia el oeste, en dirección de la Laguna Pedernal.
La tarde anterior, tuvimos la grata visita de la policía de Tolar Grande, que se interesó por nuestro viaje, el cual explicamos en detalle y luego de conocer nuestro campamento, se despidió amablemente deseándonos éxito en nuestras travesías.
La huella va alternando terreno muy flojo, donde hay que acelerar bastante para no tener que desinflar las cubiertas, con terrenos pedregosos que amenazan continuamente la integridad de las mismas.
Pasamos al norte de la Laguna Pedernal ( la visitaremos al regreso), y encaramos al nor-oeste hacia paso El Azufre.
Desde el Hito 16, se puede observar con binoculares, la última construcción de ladrillos que visitamos el día anterior en La Mina Julia, a 5200 mts sobre el nivel del mar.
Entramos a territorio chileno en busca de la Laguna Azufrera, desde cuyo mirador natural (lugar donde en el 2016 dejamos una apacheta de Amigos4x4), podemos tener una vista panorámica muy interesante de la laguna, del Lastarria y de sus hervideros de azufre.
Dejamos nuestra apacheta bien regada por un licor de café al cognac, la vista especial de la laguna que parece un huevo frito gigante, debido a la alta concentración de azufre y encaramos la trepada al volcán Lastarria, hasta sus fumarolas. Gracias al viento del oeste, podremos acercarnos al máximo, sin poner nuestros cuerpos en riesgo de contaminación.
Trepamos por una huella minera que se corta de a momentos y luego sigue. Por fin vamos llegando a los hervideros de azufre.
Las imágenes de las fumarolas son elocuentes, magnánimas e impresionantes y siempre quedarán grabadas en nuestras retinas.
No nos da ganas de irnos, pero el tiempo pasa y hay que desandar mucho camino, inclusive en esta oportunidad entraríamos a la Laguna Pedernal y a su "cocina precolombina" y a pesar de nuestros deseos de detener el tiempo allí; comenzamos el descenso del volcán.
Después de sortear bastantes escoriales, podemos llegar hasta la laguna.
Recorriendo un poco los alrededores, encontramos vestigios de antiguos lugares de reuniones de civilizaciones precolombinas. Vemos con asombro morteros de diversos tamaños y enseres fabricados por los antiguos habitantes del lugar.
Volvemos al track y bajamos por última vez en este viaje al Salar Río Grande, para volver a nuestra última noche de campamento en la iglesia de Mina La Casualidad.
Al día siguiente, nuestra idea es pasar por Cono de Arita, Antofallita y por Vega Los Colorados y llegar a nuestra querida Antofagasta de La Sierra.