Despertamos en la iglesia de Pirquitas. Habíamos descansado en nuestras bolsas de dormir sobre unos colchones que la señora encargada nos había facilitado. Por lo tanto, sólo teníamos que preparar un desayuno, juntar las bolsas, y seguir nuestro camino que este día nos llevaría a San Antonio de Los Cobres.
Por suerte ya no llovía lo que nos permitiría disfrutar del paisaje mucho más. Queríamos subir al volcán Tuzgle y parar un rato en La Polvorilla.
Así que enfilamos para Coranzuli y luego a Susques, donde pararíamos a comer algo antes de continuar rumbo al volcán.
El trazado de RN 40 recorre valles, quebradas, baja al lecho de ríos y vuelve a remontar por abras que son una verdadera fiesta para los sentidos de quienes tenemos el privilegio de recorrerla.
Recorriendo esos hermosos paisajes, llegamos al mediodía a Susques, donde buscaremos algo para almorzar.
Conseguimos en unos puestos ambulantes, empanadas y milanesas, así que nos acomodamos en el lugar, mientras Miguel hace "nuevas migas".
Cuando terminamos nuestro almuerzo "al paso", salimos en busca de las Aguas termales del Tuzgle.
A 6,3 km de Susques, atravesamos nuevamente el trópico de Capricornio, luego pasamos Huancar y su hermosa iglesia, por Sey, para llegar finalmente a las aguas termales del Tuzgle. Aprovechamos a remojar los pies antes de encarar la trepada al volcán.
Ahora sí, ya recargada la energía de distintas maneras, hacemos unos km más por la RN40 y entramos por el track a trepar al volcán Tuzgle.
La huella en algunos tramos, prácticamente imperceptible y muy angosta, nos recuerda el tiempo que hace que no pasa algún grupo de camionetas por allí, sumado a algunos derrumbes de piedras por las recientes y fuertes lluvias, hacen "mucho más interesante y adrenalínica" la trepada.
Seguimos trepando hasta los 5000 mt, debemos en un par de curvas cerradas, muy empinadas y con derrumbes de piedras, hacer hasta 3 maniobras para acomodar las camionetas. Por razones obvias de tensión máxima adentro del vehículo es que no podemos documentar con fotos esas dos curvas.
Por fin llegamos y el paisaje a nuestros pies, nos hace sentir, sólo por un momento, tan grandes como el Tugzle.
Una hora atrás veíamos el volcán desde las aguas termales y ahora veíamos el impresionante valle a nuestros pies, desde la altura del volcán.
Aprovechando esta parte ancha, damos vuelta las camionetas y comenzamos el descenso. Si bien, un poco más relajados, debemos tener extremo cuidado, en las partes derrumbadas.
En el viaducto, mientras algunos trepaban a las vías por el empinado sendero, otros subían por la estructura y otros simplemente se quedaron a tomar mate junto a los animalitos domésticos del lugar.
Volvemos a encolumnarnos, ahora para San Antonio de Los Cobres, donde el hospedaje "Nueva Esperanza", Sergio nos hace lugar a todos y nos prepara una suculenta cena que regamos con varias cervezas antes de ir a dormir.