Despertamos en el hostel Caracoles 100 y mientras ajustamos el track para ese día en nuestros GPS, el grupo se va levantando y después de acomodar el desayuno en las camionetas, salimos por la R23 hasta Toconao y con el cerro Cara del Inca de frente (recién se aprecia la imágen cuando se viene desde el sur), doblamos al este en busca de la Laguna Leija y el volcán Lascar.
Conforme vamos ganando altura, el ripio se pone más áspero y debemos alentar el paso para no desarmar las camionetas.
Con el volcán Lascar a nuestra izquierda, llegamos a la laguna Leija, que nos recibe cubierta de flamencos.
Dejamos la laguna, retrocedemos 6 km y tomamos el desvío hasta la R23 por adentro, saliendo directamente a Socaire.
Paramos un rato al reparo de una quebrada, para almorzar algo de laterío y seguimos hasta la ruta 23 para bajar en Piedras Coloradas. La falta de una buena marcación del lugar nos hizo buscarla por distintos lados, pero el buen olfato de Tony nos llevó finalmente al lugar deseado.
Llegamos a Socaire desde arriba y por detrás, con una hermosa vista del salar de Atacama y una de las minas allí instaladas.
Bajamos hasta el Salar de Aguas Calientes, donde se encuentra Piedras Coloradas, algo que los operadores de turismo de San Pedro de Atacama "no saben indicar".
Antes de emprender el regreso, el grupo se relaja un poco y juegan en el salar para diversión de todos y lucimiento de las cámaras de fotos.
Esa noche tratamos de solucionar un problema eléctrico en la toyo de Pablo, sin éxito. Así que la salida a Tatio, se postergó un día más en el cronograma, para tratar de solucionar la falla.
En la mañana abordaríamos con buena luz el tema y veríamos cómo seguíamos.