La propuesta se fue redondeando con un encuentro casual de Sandra con la hermana de Julia, que en Antofalla, nos hospedó y nos cocinó un exquisito estofado de pollo.
Estando en Antofagasta de La Sierra, queríamos ir hasta Antofalla y dudábamos de buscar para dormir allí o en la vega Las Quinuas.
Lo que nos permitiría recorrer la zona con tranquilidad y volver por la Quebrada del Diablo con luz de día, ya que en todas las ocasiones anteriores, el poco tiempo para toda la vuelta en un día, nos privaba de poder apreciar ese paisaje en todo su esplendor.
Así que con la "reserva" hecha la noche anterior (Julia y su hermana se comunican por HF a las 20.00 hs todos los días), esa mañana salimos con un hermoso clima hacia Antofalla.
Con el cerro Calaste a nuestra izquierda, cerro que le da el nombre a toda esa cordillerita que custodia el lado este del salar de Antofalla hasta su terminación, avanzamos por increíbles paisajes con la propuesta de el lomo de algunos cerros que nos permiten treparlos y poder ver desde arriba parte del salar de Antofalla.
Hacemos una apacheta de Amigos 4x4 en agradecimiento a la Pachamama una vez más, con una vista privilegiada del volcán Cerro de La Aguada (5751 m.) y el volcán cerro Botijuela (5260 m.)
Un solitario travesista nos encuentra, tras una breve charla nos comenta que seguiría hasta Antofalla y regresaría por la Quebrada del Diablo, a veces pensamos lo arriesgado de viajar solo por estos caminos desolados, siempre recomendamos al menos salir acompañados por otra Camioneta.
Salar de Antofalla
Más al sur-oeste, se nos presentan el volcán Los Colorados, el volcán Vallecitos y el cerro Aguas Dulces Norte, verdaderos custodios de la parte norte de Pampa de Los Bayos.
Bajamos del cerro y nos dirigimos a vega Los Colorados, donde nos acomodaremos para almorzar.
Cerro el Colorado.
Vega los Colorados.
Después de degustar un exquisito guiso de porotos, acompañado por latas de sardinas, quesos y unas aceitunas pasas que venían preparando desde Villa Mazán, Tony y Sandra, seguimos viaje para subir al mirador de Antofalla, un lugar con una vista panorámica del salar único.
Comenzamos a bajar, el camino propone una serie de curvas hasta llegar al salar, pero hay tracks en Viajeros, que señalan unos atajos sumamente interesantes, con mucha piedra suelta y una gran inclinación, pero con una dosis de adrenalina extra.
Por allí fuimos.
Antofalla .
Ya en el salar, hacemos una parada para tomar unos mates antes de entrar a Antofalla.
Los chicos, ni bien nos acomodamos de Julia, corren con una pelota a la canchita donde se le suman algunos chicos del lugar.
Los últimos rayos de Sol nos regala esta acuarela.
Mientras esperamos la hora de la cena, se arma una "bailanta" dentro de la casa, puede que como excusa haya sido para sacarse el frío, pero creemos que la altura, ya nos había afectado.
A las 20.30 hs. fuimos hasta la Municipalidad, donde por una hora aproximadamente hay WI-FI, para dar señales de vida a nuestras familias y chequear algo de mails en algunos casos.
Luego fuimos a cenar, para volver a acostarnos a descansar de tan hermoso día.
Hubo alguna que otra historia durante la noche, pero que preferimos omitir por la dignidad de la página.
A la mañana hacían unos cuántos grados bajo cero.
Así encontramos despertar a Antofalla y el mate que quedó dentro de la camioneta.
Luego de un buen desayuno nos despedimos de Julia y de Yotuel, y salimos rumbo a los Ojos de Campo.
Nos esperaban unos ciento treinta kilómetros recorriendo las vegas Quinuas y Botijuela y regresando a Antofagasta de La Sierra por la Quebrada del Diablo.