El grupo viene de travesía en travesía, recorriendo los paisajes que la puna de Catamarca tiene para obsequiarle a aquellos que se atreven a buscarlos.

La mañana del 22 de julio del 2015 nos encontramos un grupo de Amigos 4x4 dispuestos recorrer el paso Barret hasta donde los tiempos lo permitan. 

No es esta vez el objetivo entrar al volcán Galán por la pared del domo nor-oeste, ya que está previsto visitarlo en un par de días desde el Peñón, pero si disfrutar de las increíbles propuestas geográficas de Vega Grande, los Farallones y el fantástico campo de Tobas que custodian desde lo alto al río Las Pitas y a la Vega 7.

Buscamos a poco de dejar la rp 43 los Geoglifos que figuran en la zona, animados por el reciente descubrimiento de arqueólogos japoneses del 8 de julio de este año de 24 nuevos geoglifos en el desierto de Nazca, en Perú, decidimos dar con los de nuestra querida puna Catamarqueña.

Desorientados, los integrantes de la búsqueda, vamos de un lado al otro, dentro del WP donde figuran los Geoglifos, tratando de decifrar el orden de las piedras como supuestas figuras.

Una linea de piedras bien ordenadas nos alentó para seguir buscando, pero a nivel del suelo no se aprecia ninguna figura.

Después de un minucioso recorrido, por demás infructuoso en el reconocimiento de nuestros Geoglifos, dimos por terminada la búsqueda, pensando que la próxima vez, un globo aerostático tal vez, nos permita observar lo que desde el piso, nos fue imposible.

Seguimos algo defraudados, hasta los Petroglifos, donde sí pudimos disfrutar del arte antiguo regional.

Una grieta importante separa esta zona de Petroglifos de un campo de piedras similares del otro lado. Quedó pendiente una buena inspección del terreno de enfrente, pero descubrimos la mano del hombre actual, en la fabricación de corrales dentro de la grieta.

Seguimos avanzando por terrenos salpicados de torres de piedras Tobas, mezcladas con el amarillo intenso de los coirones, que le dan al paisaje un toque de magia con la paleta del mejor pintor que conocemos, "La Naturaleza".

Trepamos hasta la cima del cerro tapizado de coirones, para desde arriba ya ver la Vega Grande.

Disfrutando del hermoso paisaje y acompañado por algunas manadas de vicuñas que cruzan delante de las camionetas desafiando los buenos frenos de las mismas, llegamos a Vega Grande.

Los ocupantes no se encontraban allí.

La vega congelada, dejaba ver en distintos lugares la trampa que podría ser para nuestras camionetas si no elegíamos correctamente el lugar para cruzarla.

Probando con unos bastones y con la utilización de las planchas en algunas camionetas, pudimos lograr el cruce sin mayores inconvenientes.

En este video Pablo cruza tratando de romper el mallín para que sigan las demás camionetas, pero ante la dureza del mismo, emplean las planchas.

Terminadas de cruzar las camionetas seguimos por la vega buscando la salida unos doscientos metros más adelante.

Freddy debió acoplar manualmente los cubos porque el agua de la vega le traía desacoples temporarios, así que desarmó y en unos minutos estaban todos sobre el lado opuesto, en camino a los farallones.

Pronto aparecería una pampa que nos llevaría directamente a una pared de enormes piedras Tobas.

Entrando a la Quebrada, ésta parece que se tragara a las camionetas.

La silueta aparece de golpe, quizás no parece muy conforme con nuestra visita.

Cuando salimos de los farallones, se abre un paisaje que nos llena de dudas si seguimos en la tierra o aparecimos en otro planeta.

Estamos frente a la vega 7, si seguimos hacia el este, treparíamos a los 4800 metros para luego bajar a la vega 4, pero como ya habíamos acordado, tomamos unas fotos más y regresamos al cubierto de los farallones para armar el almuerzo.

Buscamos un lugar reparado dentro de los Farallones para armar el almuerzo.

Y de vuelta a la vega, ahora pusimos las planchas directamente en el mejor lugar que encontramos a la ida.

En el video anterior se aprecia cuando se le cae el guante a Sandra, que después Tony volvería al lugar y pudo encontrar mientras los chicos jugaban en un arroyo congelado.

Ni bien cruzamos la vega, fuimos hasta la entrada, donde quedaba por pasar un arroyo congelado que entusiasmó a los chicos y se pusieron a deslizarse con una tabla mientras los grandes tomaban unos mates.

Mientras Tony volvía al lugar donde cruzamos la vega a recuperar el guante caído, los chicos aprovecharon el arroyo congelado para usar el deslizador al máximo.

Después del momento de relajación iniciamos el regreso a Antofagasta de La Sierra.

Llegamos a Antofagasta de la Sierra en buen horario, al día siguiente nos iríamos hacia Antofalla, nos prometimos llegar cerca del mediodía para  almorzar con el matrimonio Alancay, pero un encuentro fortuito esa noche con la hermana de Julia de Antofalla, nos haría cambiar los planes nuevamente.

                                                                                                                                          Amigos4x4offroad