Esta travesía nos encuentra en Semana Santa en la Provincia de Catamarca, con el objetivo de llegar a Fiambalá, saliendo de Antofagasta de La Sierra, pasando por el volcán Carachí recorriendo su escorial, la laguna y saliendo por el salar para atravesar luego el campo de arena que desemboca en el campo de piedra Pómez.
Luego seguir al sur, con la difícil tarea de trepar los arenales que desembocan en la entrada de la cordillera de San Buenaventura.
Previa visita a la laguna Alumbrera, a la que los habitantes del pueblo Las Papas llaman "Lagunilla". Entramos definitivamente en el ascenso a la cordillera, para recorrerla por sus angostos desfiladeros los 24 km hasta Las Papas, donde, como siempre, dejamos algunas donaciones y salimos vadeando el río Papas, por más de 80 veces, pasando por Palo Blanco para llegar finalmente a Fiambalá.
Parte del grupo había hecho noche en el camping de Puertas de San José, a 18 km al norte de Belén, otros descansaron unas horas en Deán Funes, para unirse a los que viajaron toda la noche en San Martín, y juntar finalmente a todo el grupo a la salida del camping, sobre la r40.
El grupo estuvo integrado por:
Leandro, Brenda y Matías. (Musso)
Carlos. (Musso)
Néstor y Mónica. (Musso)
José Luis, Tere y el "Colo". (Toyota Hilux)
Miguel y Charly. (Nissan XTerra)
Lando, Paula, Camilo y Manuela. (Musso)
Tony, Sandra, Noelia y "Perla". (Toyota SW4)
Pablo, Andrea, Lucas y Zarina. (Toyota Hilux)
Para los primeros cinco del grupo de integrantes, era la 1º vez que saldrían de la ruta r43 hacia el oeste, y en el caso de Miguel y Charly, la 1º vez que usaban la camioneta fuera del asfalto.
Llegamos tarde a Antofagasta de la Sierra debido a unas recalentadas a partir de la cuesta de Randolfo en la camioneta de Lando, por culpa de la tapita del bidón refrigerante. Esto nos fue retrasando y para evitar un daño mayor, Pablo la llevó de tiro hasta el hospedaje de Luisa, en ADLS.
Esa noche, después de probar con la tapa de la camioneta de Carlos y habiendo purgado, se comprobó que si podíamos conseguir la tapa, la camioneta seguiría sin problemas, pero claro, era imposible en Antofagasta. Así que a la mañana siguiente, bien temprano, Tony y Pablo encararon el "arreglo provisorio" de la tapita, hasta que se consiguiera una nueva.
La prueba se haría en un rato, cuando empezáramos a ir hacia el Carachí.
Nos reagrupamos saliendo de la r43 para encarar en diagonal al oeste.
A medida que nos acercábamos al Volcán, el paisaje nos inundaba de colores que el sol le sacaba a las montañas que nos rodeaban. Paramos para tomar unas fotos con perspectiva, donde se aprecia el Carachí, su laguna, el salar, el escorial que atravesaríamos y de fondo, el campo de piedra Pómez.
A continuación foto de las camionetas para esta travesía
Encaramos el escorial y para ir juntos para las filmaciones, nos reagrupamos.
A la salida del escorial, nos esperaba un kilómetro y medio de salar, bastante agresivo para la suspensón de las camionetas.
Lo encaramos tranquilos y de muy buen humor.
Dejamos atrás el salar del Carachí, y entramos al arenal que atravesándolo, nos dejaría frente al campo de piedra Pómez.
Siempre tratamos de seguir una sola huella, para no dejar marcas que arruinen el paisaje a futuro.
A Miguel lo traiciona una parte del arenal y queda muy encajado, entonces quiere salir por sus propios medios pero en estos casos no es recomendable pues al exigir al vehículo, éste se puede recalentar. Es así que Tony se ubica en una zona firme y por medio de una eslinga lo rescata de dos tirones.
Jose luis realiza el trabajo de enganchar la eslinga.
Listo el rescate seguimos camino hacia el campo de piedra Pómez
Ya en el campo de piedra Pómez, dejamos las camionetas y recorrimos ese paisaje tan especial, que nos hace pensar que no fuera de este planeta.
Luego se nos acercó gente que llegó en cuatriciclos, presentándose como guardaparques del lugar.
No tenían acreditación para demostrarlo, pero nos explicaron que pertenecían a un grupo de conservacionistas de la zona, y que con autorización de la Provincia de Catamarca, estaban intentando regularizar las visitas al lugar, por medio de guías habilitados y previo pago por persona en algún sitio todavía no armado.
Les explicamos que somos asiduos visitantes del lugar y como grupo conciente del cuidado del medio ambiente, respetamos las normas al respecto, pero como por ahora no había nada oficialmente armado, sólo se les compraría una entrada, para escanearla y subirla a este espacio, como para ayudarlos con la difusión. Y seguimos nuestro camino por el campo de arena que rodea al de piedra Pómez.
Ese día festejamos el cumpleaños de Manuela y Teresa
El ascenso es importante y el arreglo de la tapa del bidón recuperador de agua de Lando no alcanza, así que Tony lo lleva de tiro para dejar enfriar la camioneta.
Al final del campo de arena, que venía exigiendo los motores de las camionetas ya que estábamos subiendo considerablemente, nos encontramos con un último médano que produjo más de una encajada.
Con el desinflado de las cubiertas y el uso de los malacates, dejamos a todas las camionetas listas para seguir la aventura.
Antes de subir la cordillera de San Buenaventura, teníamos el track hacia un lugar, donde amigos del pueblo de Las Papas nos habían guiado hacia la laguna Alumbrera. Un verdadero oasis en medio de montañas, salares y campos de arena, así que enfilamos para allí para que el resto del grupo lo conociera.
Dejamos la laguna y encaramos la cordillera de San Buenaventura, la idea era llegar a Las Papas y dejar algunas donaciones. A su vez, debíamos dejar en este punto a Rolando, un integrante de un grupo de cuatriciclos que estaba descompuesto por la altura, y nosotros llevábamos desde Pómez al pueblo en la camioneta de Carlos. La idea fue que siguiera con su viaje ya desde más baja altura y se reencontrara con sus amigos, y todavía con luz de día, salieramos todos por el río y sus aproximados 80 vadeos hasta Fiambalá.
Rolando nos comentó que cuando pasaron de ida, un niño llamado Gabriel, le había preguntado si alguna vez volvería, a lo que él respondió afirmativamente, entonces le pidió un favor: que le trajese una pelota, ya que en el pueblo, no tenían.
Enterados de ésto, Lucas ofreció donar su pelota que fue entregada cuando pasamos y fue un momento muy emocionante para todos.
Después, un infortunado incidente nos demoraría y tendríamos que terminar saliendo de noche por el río.
Fuimos llegando hasta el pueblo de Las Papas, todavía quedaba algo de luz de día para salir vadeando el río, pero un incidente que terminó en un rescate, nos hizo "disfrutar" de una travesía nocturna por el cauce del mismo.
Las fotos y videos que siguen muestran el rescate a la camioneta de Lando, que había caido a una cárcava junto a la montaña, por medio de los malacates de Tony y Pablo y el encauzado de las planchas. La camioneta sólo sufrió el desprendimiento de una "cacha" lateral en el momento del incidente, pero durante el rescate no sufrió ni un rasguño.
La camioneta queda comprometida en todo el lateral derecho,había que encontrar la forma de que al sacarla hacia adelante no se arrastre por la ladera rayándose toda. Pablo sugiere usar los dos malacates ,mientras él recogía con la eslinga del mismo hacia adelante, Tony con el otro malacate, la sostenía y de esta forma se despegaba de la ladera. Las planchas harían de guía, después de haber rellenado con piedras gran parte de la grieta y finalmente por suerte pudimos rescatarla sin daño alguno.
Videos desde otro ángulo.
Bajamos un km y entramos al pueblo Las Papas etregamos las donaciones y Lucas le entrega la pelota a Gabriel. La noche nos alcanzó y todavía deberíamos recorrer los más de 80 vadeos hasta el pueblo Palo Blanco y con destino Fiambalá .
Dejamos este pequeño pueblo y a su linda gente para seguir camino, debemos vadear más de 80 veces el río Las Papas que más al norte se junta con el rio Agua Negra y nace después con el nombre de Rio Grande, bajando hacia Fiambalá para denominarse finalmente Rio Fiambalá.
Lo recorrimos de noche con la adrelanina de en muchas ocasiones, no encontrar la huella para seguir. Gracias a los tracks que teníamos de hace unos meses atrás pudimos sortear obstáculos que finalmente nos llevarían hasta Fiambalá; ahi nos alojaría el sr Luis en un gran casona.
Por la mañana nos esperaba una nueva aventura, que será relatada en otra travesía de Amigos.
Amigos4x4offroad.com