El camino del inca, es una experiencia única que hay que realizar al menos una vez en la vida. Nosotros elegimos hacer un recorrido de 42 km que se realiza a pie y en 4 días y conduce a la Ciudadela de Machu Picchu. Importante: este camino tiene un cupo de 500 personas por día, por lo que hay que realizar reservas con al menos 3 meses de anticipación para poder hacerlo y siempre debe realizarse con alguna empresa operadora.
Los integrantes de esta travesía:
Noelia, Mariangeles, y un amistoso grupo de 14 argentinos con un mismo objetivo: llegar caminando a la ciudadela de Machu picchu.
El 21 de enero partimos hacia el kilometro 82 en la localidad de Piscakucho (2682 msnm), donde se encuentra la entrada al camino del inca. 32 personas entusiasmadas y con mochilas cargadas y listas para 4 días de travesía en la montaña. Los guías arman dos grupos y presentan a los porteadores. Estas personas son las encargadas de trasladar todo el equipaje necesario para la convivencia de los grupos, desde las carpas y comedores hasta mesas, sillas y garrafas para cocinar. Merecido reconocimiento para el trabajo que realizan.
Una vez armado el grupo, empezamos el primer tramo de aproximadamente 10 km. El primer día no tiene grandes dificultades, casi todo el trayecto es llano, con algunas trepadas y ofrece hermosas vistas del nevado La Victoria. A su vez, el camino bordea el correntoso Rio Vilcanota.
La primer parada se realiza en Miskay, donde almorzamos y aprovechamos para conocer a los integrantes del grupo con el que se iba convivir durante 4 días.
Luego de almorzar, mochilas a la espalda y continuar la caminata atravesando un cañon que conduce al recinto arqueológico de Llactapata. Este tramo también es sencillo, con alguna trepada que hace sentir el peso de la mochila que uno lleva consigo pero las vistas que ofrece el paisaje compensan el esfuerzo.
Una vez en Llactapata se aprecia la hermosa vista del valle y el inmenso recinto con el sistema de andenes o terrazas de cultivo, dedicadas a la producción de alimentos en época del imperio inca. Se plantaban papas, habas y maíz.
En el recinto se observan construcciones originales del período inca. Los incas ya contaban con una arquitectura antisísmica, construyendo puertas en forma de trapecio, cuya función era evitar el derrumbe que podría ocasionarse en caso de que hubiera un sismo. La paredes están hechas con piedras y barro, perfectamente conservadas hoy día. Un dato curioso, los incas eran personas de poca estatura, median alrededor de 1,50 mts, lo que explica que las paredes sean bajitas y los escalones que uno encuentra en el camino, muy pequeños.
Luego de una larga pausa, se escucha a nuestra guia decir "mochilas a la espalda jovenes" una frase que se repetiría a lo largo de todo el camino y que indicaba que debíamos ponernos nuevamente
en movimiento. Continuamos atravesando el valle y recorremos el camino acompañados por el rio Kusichaca.
Dos horas mas tarde, llegamos a nuestro primer campamento. Cansados y hambrientos pero con una sonrisa en el rostro de cada uno que caminaba por el lugar. Luego de una merienda y posterior cena, esperábamos ansiosos la explicación de los guías sobre lo que nos esperaba para el siguiente día, ya que los rumores que cada uno llevaba sobre "el segundo día" no eran alentadores y la incertidumbre se apoderaba de los pensamientos de cada uno.