Los amigos de esta travesía son:
Walter y Claudia
Lando , Paula , sus hijos Camilo y Manuela
Pablo ,Andrea, sus hijos Lucas y Zarina
Tony y Sandra
El volcán Peinado, de 5845mts, se encuentra en la provincia de Catamarca, al norte del Paso San Francisco; este hermoso volcán con forma de cono domina el paisaje, junto con sus escoriales que se extienden hacia el oeste.
Las lagunas del Peinado, separadas por un istmo, varían en sus colores; una de color turquesa y la otra de un verde azulado.
Esta travesía tenía como objetivo, realizar una nueva ruta que nos conduzca al extremo sur del Salar de Antofalla, y encontrar un camino que nos llevase hacia el volcán y sus lagunas.
El mapa de abajo nos muestra una parte del recorrido.
Seríamos cuatro camionetas, con sus respectivas familias. Para esta aventura, empezaríamos este recorrido desde Antofagasta de la Sierra, un pueblo situado a 260km de la ciudad de Belén. Una vez allí, llenaríamos los tanques de combustible y por la mañana siguiente saldríamos muy temprano.
Ni bien pasamos la Vega ADLS, empezamos a bajar hacia el Barreal Blanco, y unos 20 km más al sur, después del Barreal Cortaderas, viramos al oeste en busca de la Cordillera de Calalaste.
Al pié de la cordillera, hubo que sacar una piedra que se había metido en la rueda trasera izquierda de la camioneta de Tony y amenazaba con rayar el disco de freno.
Solucionado el inconveniente, empezamos el ascenso hasta su punto máximo en el abra a 4437 mt, desde donde podemos apreciar el Salar de Los Ratones y más al sur, hacia donde nos dirigimos el Salar de La Mina.
Mientras bajamos, esta foto muestra la depresión del terreno que caracteriza los salares como al que estamos yendo.
Bordeamos el Salar de La Mina por el sur-oeste y llegamos frente a un filo que debemos pasar buscando el "Proyecto Fenix", que se había convertido en el punto de referencia que nos había dado el "Tuareg" amigo de David Bustos, dueño del hospedaje Pucará en ADLS.
Acá desinflamos para encarar el filo.
Desde arriba del filo, buscamos lo que creíamos que podía ser el camino al "Proyecto Fenix", por lo que descendemos y buscando la mina de travertino, deambulamos un par de horas ( que después lamentaríamos) subiendo y bajando médanos de arena volcánica.
El mapa de abajo nos muestra hacia dónde iríamos: el "Proyecto Fénix", una mina de los años 60` destinada a la explotación de travertino.
Una vez en la ruinas de la mina, debíamos subir por una ladera hacia el oeste, e ir por un filo hacia el sudoeste a los 5000mts de altura, y después encontrar una quebrada para bajar al Salar de Antofalla.
Buscábamos con nuestras camionetas y muchas veces a pie.
Debíamos apuntar en dirección al Volcán por el escorial que vemos en el margen inferior izquierdo de la foto.
Llegamos a un lugar por donde no podíamos seguir sin tener que descender al salar.
Los hombres del grupo oteando el horizonte en busca de la rastrillada que nos marcara por donde bajar al salar.
Pasan los minutos y no teníamos noticia de lo que estaba sucediendo, silencio de radio... Tony pregunta"... Pablo, Andrea ¿ nos escuchan?" Seguíamos incomunicados, estábamos desconcertados y muy preocupados, Tony decide seguir por el filo y logra ver la camioneta parada frente a la grieta.
Tony intenta comunicarme y por fin le contesta Andrea, preocupada porque no veía ni a Pablo ni a Lucas... "Ok tranquila!!!" le dice, vamos a ir para allá pero desde el otro lado de la grieta.
Lando salió a buscar una alternativa, bajando más al Sur, donde encuentra una posible bajada; Paula se baja de la camioneta y releva el terreno, ya que la pendiente tenía lomadas que no nos dejaba ver hacia abajo.
Logró bajar al encuentro de la camioneta de Pablo; el resto del grupo lo sigue.
Pablo y Lucas no daban noticias, no habían llevado handy ni agua, grave error a esa altura.Veíamos la grieta y la posibilidad de cruzarla, pero había que trabajar bastante; mientras debatíamos sobre cómo lo haríamos, por fin llegan Pablo con Lucas cansados y sedientos, estabamos a 4500mts de altura, y la deshidratación que traían, les hizo tomar 3 litros de agua para reponerse.
Ya en mejores condiciones, se ponen a trabajar "todos" en la grieta, hombres, mujeres y niños.
Ahora, debíamos volver hacia atrás, para encontrar una huella que nos llevase hacia la bajada del salar. Pero se nos presentaba un problema, las camionetas (salvo la de Pablo), habían quedado mirando al Norte, e inclinadas con pendiente hacia el salar; intentamos dar vuelta, cosa que fue imposible. La arena estaba tan floja, que no podíamos avanzar un metro; es así que resolvimos desandar y surfear por la misma huella que hicimos pero en marcha atrás. Fueron unos mil metros duros y ¡¡¡¡ lo logramos !!!!. Anteriormente, Pablo se había enterrado hasta los ejes, pero desinfló aún más las cubiertas y con pericia salió del problema.
Tony se adelanta para encontrar una vieja huella y lo hace saber por radio. Pero a Lando, le acontece un problema en la caja de cambios; se le había roto un perno que atrapa al cable de la selectora. Suerte que tenía un bulón de 10cm de largo y después de un trabajo de casi una hora junto a Walter lo pudieron solucionar.
Mientras tanto el resto del grupo aguardaba espectante pues más adelante, sabíamos que encontraríamos una segunda grieta.
Llegamos por fin a la 2º grieta y después de que Pablo cruza con las planchas y se desmorona la pared, apenas pudiendo salir con un último esfuerzo de la 1º de baja de la camioneta, decidimos poner 2 cubiertas de auxilio en "V" para hacerle de sostén en la parte derrumbada a la plancha. De todas formas, ya teníamos el malacate de Pablo de un lado y el de Tony del otro por si hacía falta.
Tony cruzando último, se pueden apreciar las 2 cubiertas que pusimos de sostén.
Ya estaba cayendo la tarde, y todavía teníamos que bajar hacia el Salar; sortearíamos rocas grandes y algún que otro escalón. Los faros estaban todos encendidos "a full" y con pericia y sin golpear las camionetas, llegamos abajo. El suelo era cenagozo y dos nos encajamos; eslinga mediande salimos. Buscamos un suelo firme y por fin paramos.
El día fue duro, trabajamos mucho en las grietas, estábamos cansados y hambrientos. Cuando baja el sol, el frío se hace notar; haríamos una sopa y a dormir.
Al día siguiente, debíamos cruzar el Salar. Ya sabíamos que en algunos lugares estaba anegado y por lo tanto podía transformarse en una trampa, por lo que tendríamos que estudiar y planificar minuciosamente cómo hacerlo. Creo que nadie durmió del todo bien, pensando en cómo salir de ahí.
Y todavía tendríamos muchos km por delante para llegar a la RN60.
Haz click en el botón de tu red social y comparte este relato con tus amigos!