Los amigos de esta travesía son:
Lando, Paula, Camilo y Manuela
Pablo, Andrea, Lucas, y Zarina
Walter y Claudia
Tony y Sandra
Las Papas es un pequeño pueblo en la provincia de Catamarca, al Norte de Fiambalá. Tiene poco más de 90 habitantes, cuenta con una escuela primaria, una sala de primeros auxilios, una capilla, un comedor comunitario y un generador a combustible que funciona durante 6 horas en la tarde noche.
Tienen una pequeña huerta y animales caprinos; el Delegado se llama Jaime y es el responsable de reunir fuera del pueblo lo que necesitan. Hay que transitar cerca de 90km desde Fiambalá y vadear 75 veces durante 30km por el río Grande y las Papas, esto lo hace realmente muy entretenido para los amantes del offroad.
En épocas de lluvias desde diciembre hasta marzo es imposible llegar por el río, las correntadas son muy fuertes y arrastra muchas piedras grandes.
En esta travesía llevamos algunas cosas necesarias para la escuela, ropa, alimentos etc.
Enclavado al pie de la cordillera San Buenaventura los paisajes son atrapantes, salimos desde Fiambalá temprano por RP34 hacia el norte ,hasta un pueblo llamado Palo Blanco, un poco más adelante sale una huella hacia la izquierda y empiezan los vadeos.
Enseguida comenzaron los vadeos, iban a ser más de 70 para llegar a Papas.
Y más vadeos...
Tomamos un desvío del río que subía por una montaña de arenisca
Eran cerca de las 14.00 hs y empezaron por radio a hacer saber que los niños ya tenían hambre, así que buscamos un lugar abierto fuera del río para almorzar.
Entramos a la izquierda y a menos de 20 mt un "pequeño inconveniente", o tal vez, no tan pequeño. Pablo queda trabado por una roca grande debajo del diferencial trasero, el globo inflado con los gases del escape levanta el chasis y de esta manera sale del problema.
Después de despejar la piedra nos dispusimos a almorzar!.
Continuamos viaje, faltaba poco para llegar y desde lejos vemos a la gente del pueblo venir a recibirnos.
Es gratificante compartir momentos con gente de estos pueblos, son muy amables y serviciales con los que lo visitan, los niños se acercan curiosos y tímidamente para saludar.
Regresamos hacia fiambalá, vadeando otras 75 veces; llegaríamos por la noche.
Esta travesía nos deja el mejor de los recuerdos y la posibilidad de regresar pronto para compartir más tiempo con la gente del pueblo.
Amigos4x4offroad.com
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